miércoles, 8 de abril de 2015

LA ECONOMÍA DE LO ABSURDO




Este es el titulo del último libro del profesor Josep Burgaya, en el que de manera crítica se destapan las miserias de una forma de hacer economía, abriendo la puerta a otra manera más justa de hacer las cosas.

 

La economía del absurdo

Cuando comprar más barato contribuye a perder el trabajo

“Por una economía que premie el bienestar colectivo por delante del enriquecimiento individual”

La borrachera financiera llegó a su fin con el estallido de la burbuja. Ahora, aturdidos por la resaca de la crisis, tratamos de afrontar un futuro que se presenta incierto. Retomarlo, dice Burgaya, pasa por recuperar nociones económicas y políticas que prioricen la redistribución, toda vez que, gracias a la tecnología, hemos alcanzado la suficiencia productiva y hemos superado los siglos de la escasez.

Para que predomine la noción de equidad, es necesario recuperar comportamientos éticos y actitudes morales que han sido olvidadas, como también sería necesario un acuerdo global para hacer tributar el capital y los grandes movimientos financieros.

La codicia no puede ser un valor socialmente aceptable, como no lo puede ser el derroche de recursos o el individualismo más extremo. La recuperación de la economía no puede fundamentarse en un continuo crecimiento del consumo. Debe abordar los costes reales de la producción asumiendo los costes medioambientales; debe aceptar una visión más inclusiva, donde el bienestar colectivo esté por encima del enriquecimiento individual; y debe reducir la adicción al sector financiero y devolver el ámbito de la toma de decisiones a la política.
Sí, hay mucho trabajo por hacer, y La economía del absurdo es un buen sitio por el que comenzar.

http://www.planetadelibros.com/la-economia-del-absurdo-libro-188970.html

Ojalá, la economía fuese lo único absurdo, pero se me vienen a la cabeza más de un ejemplo, la masacre de estudiantes en la Universidad de Kenia,148 muertos y 79 heridos, que no han merecido mucha atención para los medios de comunicación, será porque ellos no tienen nombre solo color; el rescate de los espeleólogos españoles en las montañas de Marruecos al estilo Mortadelo y Filemón, o el juicio a una preferentista de 82 años con andador por saltarse un cordón policial, hacía nada, veíamos salir de un juzgado a Miguel Blesa, este no preferentista sino preferente, escoltado por esa misma policía.

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